Si las mujeres van al ginecólogo, ¿por qué no visitan los hombres al urólogo?. Pues muchas veces por prejuicios, miedos o puro desconocimiento sobre la importancia del diagnóstico precoz en las enfermedades de próstata, vejiga y testículos para un tratamiento con éxito. No hay que esperar a que haya dolor o repercusiones en la vida sexual para consultar, dado que este tipo de revisiones urológicas deberían ser anuales, especialmente entre aquellos varones con antecedentes o en edad de riesgo.

Una inmensa mayoría de las mujeres sabe que ha de hacerse una revisión ginecológica al menos una vez al año desde que menstrúa, y especialmente desde que tiene sus primeras relaciones sexuales. La salud de sus mamas, de sus ovarios y útero está en juego, y la visita al ginecólogo está entre las pautas generales de prevención para el sector femenino, pues detectar cualquier alteración en la mayor brevedad de tiempo posible es garantía de buen pronóstico.
Sin embargo, entre los hombres no está tan extendida la idea análoga de que es altamente recomendable prestar atención a la salud de sus genitales y su aparato reproductor. De hecho, son pocos los que mensualmente examinan sus testículos(como las mujeres sus pechos) o visitan al urólogo para que les haga una exploración global periódicamente. Es más, algunos desconocen incluso a qué tipo de médico o especialista deben dirigirse.

Pues bien, tanto el urólogo (especialista médico en los padecimientos del tracto urinario) como el proctólogo (enfermedades vinculadas al recto) son dos profesionales que empiezan a ser más solicitados entre los jóvenes de 20 a 30 años, quienes dejan a un lado su aprensión y se benefician de una atención temprana frente a los mayores que suelen ir cuando el dolor les invade o son presionados por las familias.

Aún así, son menos del 10% los varones que acuden regularmente a las revisiones urológicas, privándose del diagnóstico precoz de algunas enfermedades de carácter grave como el cáncer de próstata o de testículo, los cuales con una detección rápida tienen un porcentaje altísimo de tratamiento con éxito.


Pero no es sólo cuestión de desconocimiento lo que les hace prescindir de esta ayuda médica, en ocasiones son otras las razones:

  • La idea preconcebida de que la evaluación clínica es dolorosa. Cuando la verdad es que la exploración de la uretra, los testículos y el tacto rectal, aunque en algún grado incómoda, es prácticamente indolora.
  • Los prejuicios existentes, en su mayoría entre los hombres heterosexuales, acerca de dejarse examinar o tocar el ano, pues lo asocian erróneamente a pérdida de virilidad, homosexualidad o algo vergonzoso.
  • La falsa creencia de que si algo no duele es innecesario acudir al médico. Esto es un error, porque hay que observar alteraciones en el tamaño, textura de los testículos, cambios en la orina, etc., y permitir que sean los profesionales sanitarios los que valoren posibles trastornos que a veces no pueden descubrirse si no es por exámenes médicos periódicos.

El resultado de estos miedos y tabúes es que muchos acaban posponiendo la visita tan temida hasta que perciben dificultades en sus relaciones sexuales, entre las cuales encontramos:

  • La disfunción eréctil cuando está asociada a diabetes, hipertensión arterial, problemas de circulación o del corazón, aumento de los niveles de colesterol etc. En estos casos elurólogo prescribe testosterona (hormona encargada de la producción de los espermatozoides y la potencia eréctil) y medicamentos que facilitan que la sangre que se dirige hacia el pene se concentre en esa zona (cuerpos cavernosos) el tiempo necesario para mantener relaciones sexuales.
    consulta de un urólogo
  • Otro de los problemas por los que más frecuentemente acuden es la infertilidad, ya que entre el 70 y 90% de las veces la causa es una reducida capacidad de la producción de espermatozoides, lo que puede originarse por alguna anomalía en los testículos tras la presencia de pequeñas várices (afección conocida como varicocele). Esto puede solventarse mediante cirugía correctiva, con la que se recupera la fertilidad en el 80% de los casos.

Ha de consultarse inmediatamente al urólogo si se tiene dificultad para orinar, si se micciona más de una vez por la noche o con sangre, si el chorro es fino, si se escapa la orina o se tiene la sensación de que no se vacía correctamente la vejiga.

Cada problema urológico aparece con mayor probabilidad en una u otra etapa de la vida:

  • En la edad infantil es cuando suelen manifestarse las anomalías congénitas, el reflujo vesicoureteral, alteraciones del descenso de uno o ambos testículos y la fimosis.
  • En la adolescencia lo más típico son los problemas infecciosos o inflamatorios como lacistitis y las prostatitis.
  • En la edad adulta son más propios los tumores de próstata tanto malignos como benignos, en particular este último es más frecuente en mayores de 50 años y el cáncer a partir de los 80 años. Pasada la frontera de los 50, las revisiones son fundamentales, sobre todo si hay antecedentes familiares (abuelos, tíos, padres o hermanos), en cuyo caso deberían iniciarse a los 40- 45 años. Entre los 18 y los 50 además es conveniente exponerse a la palpación de los testículos, puesto que el cáncer de éstos es más característico de los varones jóvenes.

Si leyendo este artículo ya te has decidido a acudir a la consulta, quizá sea de tu interés saber qué pruebas se realizan habitualmente en este tipo de revisiones anuales. Las más comunes son: unexamen físico en el que está incluido un tacto rectal, una ecografía urológica, una flujometría si se sospecha de obstrucción urinaria y una valoración del nivel de PSA (antígeno prostático específico) en sangre, porque de estar elevado sería indicativo de alguna enfermedad en la próstata.

La prueba del tacto rectal es una de las que más rechazo y resistencia genera entre los hombres. Para comprender su importancia hay que tener en cuenta que, a diferencia de las mujeres con el pecho, los varones no pueden autoexplorarse la próstata completamente por sí solos,dada su ubicación profunda. Por eso, dicha prueba (introducir un dedo por el ano) llevada a cabo por un médico permite evaluar el tamaño, forma y estructura prostática de manera más adecuada.

CategoryUrología
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